El cristal
armado,
que se caracteriza por ser extremadamente
resistente.
Este tipo de cristal (muy resistente) es empleado como son:
en puertas
contra incendios,
en las claraboyas o
como aplicaciones en las puertas
de madera.
Este cristal no es transparente, aspecto que repercute
considerablemente en su aplicación estética. Durante el proceso de
fabricación, hay que introducir una malla de alambre dentro del
cristal (común). Se rompe como cualquier otro cristal, pero siempre
mantiene unidos los trozos rotos.
Existe
otro tipo de que es el cristal
muy resistente,
el templado.
En el entorno doméstico se suele colocar en aplicaciones verticales
(puertas, puertas corredizas, mamparas de baño o vidrieras). Es un
cristal más caro que el armado, al ser el cristal que menos se
utiliza en las viviendas. Se fabrica con la técnica del calentado y
el enfriado rápido para garantizar su resistencia.
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